Las Hortichuelas
Cuenta el chiste que un hombre de Las Hortichuelas fue al aeropuerto de Almería a comprar un billete para Nueva York. La azafata le informa entonces que su vuelo partirá de Almería rumbo a Madrid, que luego deberá coger otro vuelo hacia Londres y hacer una última escala antes de llegar a su destino. Al finalizar la estancia el hombre regresa al aeropuerto de Nueva York para comprar el billete de vuelta a Las Hortichuelas, y en la taquilla el vendedor le pregunta: -Perdone, ¿para Las Altas o para Las Bajas?.
Apenas un kilómetro y medio separan la una de la otra. Las Hortichuelas Altas es la primera aldea que encontramos tras descender la cuesta de Bornos. Un conjunto de casas habitadas por gentes «de toda la vida», muchos ya ancianos, que no dejan de asomarse a la puerta cuando ven llegar a un forastero. Aquí no debemos perdernos las magníficas tapas de Francis, la cocinera del bar Las Hortichuelas; su especialidad: «las papas a lo pobre» Unos cuantos metros más abajo, de nuevo en la carretera, un cartel a nuestra izquierda nos indica El Estanco; pero si olvidaron comprar tabaco no se paren, aquí no van a encontrar. ¡Y por fin Las Hortichuelas Bajas! Un grupo de jóvenes, enamorados de sus imborrables recuerdos de infancia han vuelto para repoblar sus calles. Son ahora los hijos de éstos quienes recorren su rambla y suben al Cerro del Aire buscando llegar a la cueva que lo culmina.
«Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años», Abraham Lincoln